martes, 27 de septiembre de 2011

El sepultero

Desentierro la verdad,
para enterrarla devuelta
con el polvo de mis afanes.

Conosco la felicidad,
he probado de sus fuentes
que mis labios han amado.

Pero solo pensar en las puertas
del Reino de la Eternidad
aterra mi existencia.

Ya no me guía ni la vida
ni la muerte,
y soy sepultero.

Vivo en mi cementerio,
donde revivo verdades
para volverlas a matar.

Qué ha de hacer el hombre
que vive aterrado por sus sueños
tanto como por la realidad.

Quién ha de guiarlo
cuando la muerte se ha enrollado
tal como serpiente
alrededor de su cuello

dejando un suave y marchito aliento pasar.
No vivir,
no morir,
Solo respirar.

Sin tumba,
sin verdad.
¿Quién seré
en esta eternidad?

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